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martes, 7 de abril de 2009

Cómo alinear la comunicación interna con la cultura corporativa


La comunicación interna, bien gestionada, puede apoyar en forma efectiva la labor de recursos humanos de nutrir y desarrollar la cultura corporativa y de motivar el éxito organizacional. Sheila Margolis, presidenta del Workplace Culture Institute,  sugiere considerar los siguientes consejos a la hora de alinear la gestión de  comunicaciones internas con las prácticas y actividades de recursos humanos.

1. Propósito
El propósito de la organización no necesariamente implica la respuesta a la pregunta ¿Qué hacer? (la cual siempre se focaliza en productos, servicios y clientes), sino más bien la respuesta a la interrogante ¿Porqué es importante nuestro trabajo?.

Los empleados necesitan saber cómo ellos, con su trabajo, contribuyen al éxito de la empresa y de la sociedad en general, sin importar el propósito central de la compañía (asegurar la vida, hacer que las personas sean felices, apoyar la salud o cualquiera que sea). Lo importante es incorporar el sentido del propósito en la gestión comunicativa.

2. Filosofía
La filosofía de la empresa generalmente viene dada a través de los fundadores de la compañía. Entender a éstos últimos, junto a sus principios inspiradores ayudara mucho para comprender la filosofía corporativa – la personalidad, el carácter, el espíritu de la organización, etc.- El ideal en este caso, es descubrir cuál es el elemento principal que resulta clave para el desarrollo exitoso de la empresa y que la hace distintiva en su trabajo.

Margolis recomienda incluir en la gestión estratégica de CI (medios, acciones, capacitaciones y mediciones) el apoyo a la filosofía corporativa, a través de actividades cotidianas y prácticas (debates, discusiones, campañas, reuniones, etc.). Si los elementos o variables de la cultura corporativa se comunican regularmente, se puede llegar a guiar a los empleados para que ellos sepan cómo se deben comportarse en la labor cotidiana. Una opción en este sentido, es difundir internamente la historia de la empresa, el propósito de sus fundadores y los valores que los inspiraron, el carácter y personalidad de la organización, los estilos de liderazgo, el ambiente corporativo, las conductas y comportamientos que reflejan la identidad organizacional, las fortalezas de la marca, etc..

3. Prioridades
Las prioridades son valores estratégicos que guían el cómo los propósitos y la filosofía organizacional son puestas en práctica. Estos valores vienen dados, a partir de los objetivos estratégicos.

Por ejemplo, si una meta estratégica es incrementar la capacitación de los empleados, luego una de las prioridades de CI debería ser focalizar la acción en el entrenamiento y desarrollo de las habilidades comunicativas.

En algunas organizaciones los equipos de trabajo se reúnen diariamente para revisar las prioridades, de tal manera que todos lo integrantes estén compenetrados y de acuerdo en el foco de acción.

4. Estrategia
Sin una clara comprensión de la marcha de la empresa los empleados no están en condiciones de entregar toda su energía en pos del éxito organizacional. Por eso es conveniente que la empresa actualice y difunda en forma valedera y sistemática el progreso y logro de sus objetivos estratégicos (estatus de proyectos relevantes, indicadores parciales de gestión, prioridades estratégicas, etc.).

En la medida que se comunica el status organizacional cada empleado de la compañía sabrá cuál es el norte de la empresa y podrá comprometerse e integrarse de una manera más efectiva en su respectivo rol.

En este contexto, a través de reuniones personales o grupales con el supervisor o jefe directo los empleados tienen la opción de discutir qué tipo de acciones personales son más convenientes para aportar el logro de los objetivos. Además, es la instancia para entender en forma global cuál es la contribución personal al éxito de la compañía. Si el trabajo diario no está alineado con los objetivos corporativos, ellos tienen la oportunidad de redirigir sus esfuerzos hacia lo estratégico.

5. Cultura
Se debe alinear en forma constante la comunicación con la cultura, en todos los niveles de la organización, de tal forma que los mensajes que se emitan sean coherentes con el cuerpo de la cultura organizacional (misión, visión, valores y objetivos estratégicos).

Un buen ejercicio, según Margolis, es lo que implementó cuando trabajaba en una compañía tecnológica. El CEO se reunía en forma mensual con los empleados que estaban de cumpleaños en el mes, con quienes centraba la discusión en las falencias y ventajas de la cultura corporativa y en el futuro de la compañía.

6. Alinear la comunicación externa con la cultura
La imagen que se proyecta hacia fuera, a través del marketing, las relaciones públicas y la atención a clientes debe ser siempre coherente con la identidad, ambiente y cultura de la compañía.

Un buen ejercicio es pensar en el sitio web de la empresa. ¿Refleja y refuerza los valores y la identidad de la organización? Si la respuesta es negativa, se está proyectando una imagen que no tiene sustento con la realidad interna de la empresa y que a la larga puede hacer conflicto con la pertenencia de los empleados y la experiencia del cliente. La honestidad y la seriedad en este caso deben guiar la acción.

 

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